La tradición alfarera centenaria que se remonta a los orígenes del municipio, la elaboración artesanal y de calidad, son algunas de las premisas que sirven para describir las cazuelas de barro de Pereruela de Sayago.
El agua, fuego y barro han formado a lo largo de los siglos una rica herencia ancestral que identifica a Pereruela, en cualquier parte como "el pueblo de los cacharros", gracias a la fama, sobre todo, que han dado sus cazuelas, hornos y crisoles, que llevaron las propiedades especiales de sus barros refractarios más allá de las fronteras peninsulares, ya en siglos pasados.
La entrada en la historia del actual pueblo de Pereruela junto a las tierras de arcilla roja y el caolín, tuvo lugar en época romana hace unos dos mil años. Y sus primeras manifestaciones alfareras se encuentran en torno al siglo I d. c